Tanya Ortiz Franklin es una educadora y abogada que trabaja para Partnership for Los Angeles Schools la cual presta servicios a 18 de las escuelas más necesitadas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Enseñó inglés e historia durante cinco años en la escuela intermedia Stephen White y ahora se enfoca en la justicia restaurativa, el aprendizaje socioemocional y la capacitación de maestros y directores. Creció en el distrito 7, que se extiende desde el sur de Los Ángeles hasta San Pedro, y se graduó de Narbonne High, Columbia University y UCLA School of Law.
Speak UP: Todo el panorama educativo ha cambiado desde que la entrevistamos en febrero. ¿Puede hablarnos de la importancia del período en el que nos encontramos ahora mismo?
Tanya: En crisis, hay oportunidades. Y eso le aplica tanto a la pandemia de salud física como al levantamiento por la justicia racial. En las crisis, los valores más profundos de las personas surgen, y usted encuentra lo que más le importa y lo centra en la toma de decisiones. Por lo tanto, a pesar de lo difícil que es para muchas familias, este momento educativo es una oportunidad real para concentrarnos en lo que más nos importa y encontrar la manera de hacerlo realidad para los niños y las familias. Por ejemplo, cuando las escuelas físicas cerraron en marzo, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles tuvo muy claro que alimentarían a todos y que tratarían de proporcionar dispositivos a todos, y eso para mí fue, sí.
Llevamos unos meses y hemos aprendido algunas lecciones y otras cosas no hemos aprendido. De alguna manera, todavía existe el deseo de "volver a cómo eran las cosas". No creo que esa sea la forma correcta de verlo. Evolucionamos y cambiamos, y la transformación es algo bueno. Deberíamos pensar en cómo abordar no solo los problemas de salud, sino también los problemas de injusticia racial. Eso puede suceder mediante el aprendizaje a distancia. Por mucho que no pensemos que esta es la forma en que mejor sucede, es la forma en que está sucediendo ahora. Entonces, en pocas palabras, es una oportunidad.
Speak UP: Todas las familias de las escuelas Partnership donde trabajó, ¿están conectadas ahora y pueden acceder a su aprendizaje?
Tanya: No, absolutamente no. Las familias que ya habían tenido problemas económicos, todavía no pueden acceder. Es un proyecto enorme, sinceramente, asegurarse de que todos los niños tengan un dispositivo que funcione. Pero la conectividad es un tema completamente diferente. ¿Todos los niños están aprendiendo o al menos se están conectando con el aprendizaje de la manera que me gustaría? Aún no estamos allí.
Speak UP: También está el tema del cuidado infantil para las familias que tratan de compaginar el trabajo, especialmente el trabajo fuera del hogar, con niños pequeños. No pueden estar ahí para ayudar a sus hijos. ¿Cómo se las arreglan esas familias?
Tanya: Bueno, en el Partnership, este verano, el equipo de participación del Parent College llamo a unas 1,000 familias para preguntar qué interfería con el aprendizaje de los estudiantes. Los dispositivos y la conectividad superaron el 30%. La otra cosa que los padres nos revelaron es [que] incluso más que los padres, los estudiantes contaban con sus hermanos para ayudarles a acceder al aprendizaje. Puede imaginarse la carga adicional sobre los estudiantes mayores, incluso los estudiantes de primaria que ayudan a sus hermanos menores en casa.
Speak UP: Es realmente injusto. Hicimos una encuesta que descubrió enormes desigualdades en el aprendizaje a distancia en la primavera en términos de la cantidad de instrucción en vivo y la cantidad de contacto con los maestros según la raza, la situación socioeconómica, el estado de discapacidad o el ser aprendiz de inglés. ¿Hasta qué punto cree que la inequidad fue el resultado del acuerdo con UTLA que dejo que la enseñanza en vivo fuera opcional?
Tanya: Creo que hubo una intención que tuvo algunas consecuencias no deseadas. La intención era: "Cuidemos de nuestro personal y asegurémonos de que esté sano y salvo y pueda satisfacer todas las demandas de este momento". Y, sin embargo, meses después, en la primavera, perdimos niños. Simplemente no tuvimos comunicación con [algunos] niños y familias. Incluso ahora, se supondría que después de seis meses habríamos solucionado esto y tendríamos un plan claro. Pero de un aula a otra, las cosas son realmente diferentes. El acuerdo tenía algunas intenciones de cuidar a los adultos, pero tuvo algunas consecuencias difíciles para los niños.
Speak UP: Tanto en los acuerdos de primavera como en el de otoño, los padres no tuvieron un asiento en la mesa ni ninguna aportación. ¿Deberían los padres tener un papel en este proceso?
Tanya: Absolutamente, y lo hemos dicho de labios para afuera durante mucho tiempo. Definitivamente creo que es un área de crecimiento para nuestro distrito. Tenemos una cultura en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles de hablarles a los padres o al público, pero no escucharlos, no es una comunicación bidireccional real en la que escuchamos e incorporamos comentarios. Tenemos un largo camino por recorrer antes de que sea una relación recíproca entre las familias y los tomadores de decisiones del distrito.
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